miércoles, 31 de octubre de 2012

Ojos al cielo y te pregunto...
¿Puedes hacer caer las hojas, deteniendo con eso la brisa fría del tiempo que no avanza?
¿Pueden los brazos del sol comenzar a cubrir lo que ha quedado expuesto?
Si no puedes hacerlo dímelo.
Si no oigo señales, no me haz escuchado.

La pausa avanza lenta.
Mi sangre corre fría aunque el calor de aquellos la haga hervir.
Pero no es eterno.
De pronto siento que ese sol de aquel lugar distinto, otro, me toma.
La caída es natural, el pozo ya muestra el espejo de agua.
Calmo me enfrento a lo que viene.

Miro hacia el pozo y pienso...
No duermes, no tienes la necesidad de golpearme con palos.
Cuchillos sobran, balas sobran.
Las palabras y miradas duelen mucho más.
Sangrar por dentro mata más lento y con más dolor.

Oíste, moviste hilos y las cosas se hicieron. Otra vez.
Ella viene hacia mi.
Camina calma...
Llega hacia mi y frota sus pies con los míos...
Pone su rostro junto al mío magullado...
Me abraza y sus ojos recorren todo,
habla conmigo con la ternura capaz de devolver el impulso.
Arma otra vez las alas.
Trae plumas para mi.
Trae esperanza para mi.

Lo se, me escuchaste e hiciste lo tuyo...
Justo antes de que dejara de pensar en vitalidad,
justo cuando la voz de él dejaba de llamarme,
cuando ella lo alejaba sin querer, cuando me llamaba con dolor, alejando la luz que alumbra mis ojos.
No fue voraz dolor.

La hiciste venir.
Tus hilos la hicieron venir a mi...
me mira y dejo de sentirme vacío...
se tumba a mi lado y sus ojos llenan ese espacio...
No hay gritos cuando ella me nombra...
La paz de su piel cubre la mia,
y a la vez la cambia, delicada...
Ella me hace hablar de amor...

Me diste luz, antes de que el aire dejara de fluir a voluntad
no hay flores marchitas detrás de mi...
hay vida, hay luz, hay amor...
recuerdos en cuadros que no alcanzan a proyectar los saltos...
saltos de un corazón inchado...
ese corazón infantil que se fue adormilando dejando de mirarse en ese otro músculo...

La luz de sus ojos me sana el alma,
cobija mi espíritu...
Acalla los fantasmas...
devuelve la paz a este corazón a veces seco...


Lo que quiero es poder leerme el alma.. ya empiezo a reconocer signos...